¿Por qué nos cuesta tanto cambiar de administrador de fincas en nuestra comunidad de vecinos?
En muchas ocasiones, surgen quejas constantes o descontento entre los vecinos de una comunidad. Sin embargo, no se atreven a cambiar de administración de fincas. Pero, ¿por qué pasa esto? Estos son los motivos más comunes por las comunidades de propietarios para no cambiar de administrador de fincas:
Por un lado, uno de los motivos más comunes para no cambiar de administrador de fincas es el famoso refrán de “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Por otro lado, cuando una comunidad de vecinos empieza a tener problemas con un administrador, comienza a plantearse si la situación va a ser similar si cambia de administrador de fincas.
También, otra de las causas más paralizantes a la hora de querer efectuar el cambio de administrador de fincas es el hecho de pensar que el cambio puede provocar tiempos de vacío de actividad.
Por último, la falta de consenso entre los vecinos puede dilatar en exceso o hacer imposible el quorum necesario para provocar el cambio.
En definitiva, los motivos que evitan el cambio de administrador de fincas normalmente están relacionados con un miedo subyacente de los vecinos al “¿qué pasará después del cambio?”
¿Cuáles son las consecuencias de no efectuar el cambio de administrador en tu comunidad de vecinos?
Como hemos visto, es algo muy común el miedo por parte de los vecinos de una comunidad a hacer efectivo el cambio de administrador, a pesar de su descontento con el mismo.
Sin embargo, las consecuencias de no cambiar son mucho peores que las derivadas de los trámites que conlleva el cambio en sí. Aunque hay más, estas son las principales consecuencias de no cambiar de administrador de fincas:
La principal y más evidente es que la mala gestión del administrador se empieza a volver crónica junto a la insatisfacción y el descontento de los vecinos.
Derivada de la anterior, podemos decir que se provoca el malestar generalizado entre los propietarios de la comunidad, lo que agrava aún más la situación.
Todo ello deriva, como es lógico, en una sobrecarga de trabajo al presidente de la comunidad.
Y, por último, si por fin efectuamos el cambio, pero lo hacemos después de mucho tiempo, suele ocurrir que el nuevo administrador se suele encontrar una comunidad muy abandonada, lo que dificulta mucho las cosas.
Hay que decir que el cambio no tiene por qué ser algo dilatado en el tiempo, dramático o con un coste elevado.
¿Cuándo se puede iniciar el cambio?
El cambio puede aprobarse en cualquier momento en junta de propietarios ordinaria o extraordinaria.
Y, a pesar de que exista un contrato firmado por el administrador por un tiempo superior a un año, la Ley de Propiedad Horizontal establece que las renovaciones del cargo se realizarán por prórrogas de un año, por tanto, permanencias superiores a este tramo de tiempo no serían válidas.
Tener a tu disposición a un buen administrador de fincas colegiado puede facilitarte mucho los trámites a la hora de efectuar el tan tedioso cambio de administrador.
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